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La vitrificación: ¿en qué consiste esta técnica?
La vitrificación embrionaria consiste en la criopreservación de las estructuras celulares de ovocitos y embriones para su conservación y posterior utilización para transferencia. La particularidad es que se usa la técnica de la vitrificación, es decir un material sólido (el ovocito o el embrión) se convierte en una estructura similar al vidrio, carente de cristales de agua.
En la congelación clásica, el principal problema era la formación de cristales de agua, los cuales dañaban de forma mecánica las estructuras celulares y afectaban directamente a la supervivencia. Con la vitrificación, este problema se elimina, permitiendo unas tasas de supervivencia cercanas al 100 %.
El proceso de la vitrificación
Para conseguir esto, el ovocito o embrión se introduce en una solución en la que se elimina la mayor parte de su agua. Posteriormente, se pasa a una solución en la que se incorporan los agentes crioprotectores que lo protegerán del frío y finalmente se introduce en nitrógeno líquido (que está a −195,8 °C). La combinación de la deshidratación, los agentes crioprotectores y la brusca bajada de temperatura, consiguen evitar la formación de los temidos cristales de agua, y así se consigue que las estructuras se conserven en perfecto estado.
La desvitrificación, el paso previo a su utilización
Una vez que sea necesario usar esos ovocitos o embriones, se procede a la desvitrificación, que consiste en una rápida subida de temperatura (para, de nuevo, evitar la formación de cristales de agua) y la inmersión en una serie de soluciones para eliminar los agentes crioprotectores y volver a hidratar al ovocito o embrión.
Director del laboratorio de FIV