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Quistes en el ovario: ¿afectan a la fertilidad?
Un quiste ovárico es una pequeña bolsa de líquido que se forma en el interior o la superficie del ovario. Son muchas las mujeres que tienen o han tenido en algún momento de su vida algún quiste sin llegar, en muchas ocasiones, a percatarse de ello.
En muchos casos asociamos los quistes a algo perjudicial o patológico cuando, realmente, muchos de ellos pueden incluso ser un signo de buen funcionamiento ovárico. Por tanto, cuando hablamos de quistes es fundamental distinguir el tipo de quiste que se observa.
En el artículo de hoy comentaremos los diferentes quistes que pueden presentarse en el ovario así como los síntomas y consecuencias que pueden derivarse, especialmente aquellos que afectan a la fertilidad.
Tipos de quistes ováricos
Aunque son muchos los tipos de quistes que pueden aparecer en el ovario, los más comunes son los siguientes:
- Quistes funcionales: este tipo de sacos se forman cuando el folículo crece pero no se produce su ovulación, es decir, no libera un óvulo. De esta manera, el folículo acumula líquido y forma lo que llamamos los quistes foliculares. Son bastante comunes y suelen desaparecer a lo largo del ciclo posterior a su formación.
- Quistes de cuerpo lúteo: se trata de formaciones normales asociadas a la ovulación. Tras la liberación del óvulo, el folículo vuelve a cerrarse acumulando líquido en su interior y formando el cuerpo lúteo. Del mismo modo que los quistes foliculares, los cuerpos lúteos desaparecen en unos días o semanas
- Endometriomas: también se conocen como quistes de endometriosis o quistes de chocolate. Aparecen cuando parte del tejido endometrial del útero crece en el ovario y se acumula en forma de quiste.
- Teratoma o quiste dermoide: se trata de acumulaciones o tumores de origen embrionario; pueden contener pelos, dientes o piel. Aunque generalmente son benignos, es importante analizar su tamaño y crecimiento para valorar su extracción.
- Cistoadenoma: es un tumor benigno formado en la superficie del ovario. Puede llegar a alcanzar un gran tamaño, por lo que generalmente se recomienda eliminarlo.
Síntomas y consecuencias sobre la fertilidad
Los quistes funcionales y los cuerpos lúteos son formaciones habituales del ovario. Tenerlos es algo normal que no resulta patológico ni deriva en ninguna enfermedad determinada sino todo lo contrario: son consecuencia del funcionamiento ovárico. Por tanto, su presencia no debe asustarnos, ya que no afectan a la fertilidad sino que nos indican que éste sigue el curso natural.
En muy raras ocasiones provocan sangrado, dolor o molestias importantes. Además, como hemos comentado al definirlos, desaparecen por sí solos en los ciclos menstruales posteriores.
Los endometriomas son quistes derivados de la endometriosis, una alteración que sí puede afectar a la fertilidad. Este tipo de formaciones suelen dar lugar a molestias fuertes, especialmente durante la menstruación. No obstante, también existen casos de endometriomas asintomáticos.
Ya sean de un tipo o de otro, cuando los quistes adquieren un tamaño importante, pueden romperse o provocar la torsión del ovario. Estas consecuencias ocurren en pocos casos pero pueden ser situaciones peligrosas y manifestar síntomas como dolor abdominal intenso, ganas continuas de orinar, náuseas, dolor en las relaciones sexuales, pesadez, sangrado vaginal…
La formación de quistes no puede prevenirse pero sí las consecuencias que pueden derivarse en algunos casos. Para ello, es fundamental acudir a revisiones ginecológicas de forma periódica y consultar ante cualquier síntoma fuera de lo común.