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Marta, madre sin pareja: “La ciencia está de nuestra parte”
En pocos días Marta y su perro Riso completarán su familia con la llegada de la pequeña Paula. Marta acudió a miniFiv con dos certezas: que sería madre sin pareja y que quería un tratamiento con una estimulación mínima. Después vinieron varias inseminaciones, un aborto, una pandemia, algunos momentos para olvidar y finalmente, un resultado positivo y una ecografía en la que el latido de su futura hija la hizo llorar. ¿Queréis conocer su historia?
Madre sin pareja por elección
Marta ríe constantemente mientras habla, no es casualidad que el nombre de su perro, Riso, venga de la palabra “risoterapia”. Cuenta con una aplastante seguridad que desde los 13 años tenía claro que quería ser madre sin pareja, quería ser la única responsable de la educación de su hijo o hija. “A muchas mujeres les da miedo y eso es respetable, depende del carácter de cada uno. Lo bueno es tener claro lo positivo y lo negativo y yo tengo la suerte de contar con la ayuda de una familia y unos amigos maravillosos”.
Confiesa que tiene muchas ganas de ver a su hija, que se llamará Paula, como una amiga suya a la que admira por su lucha vital. No piensa en cómo cambiará la maternidad su día a día, sino en cómo será la relación de apego que quiere crear con Paula. “Pienso mucho en los valores que le voy a transmitir y también en todo lo que voy a aprender de ella”, explica.
Embarazo con baja estimulación
En cuanto llegó el momento de lanzarse a crear una familia monoparental, Marta fue a miniFIV porque sabía que la especialidad de la clínica son los tratamientos de estimulación suave. No quería hormonarse y por eso en primer lugar el Dr. Bermejo y ella acordaron empezar por la inseminación artificial. La pandemia irrumpió y retrasó un poco el inicio del tratamiento, pero unos meses después reanudaron el protocolo, con la misma ilusión.
Durante un año hubo varios intentos con resultado negativo, incluso un aborto y una hiperestimulación que impidió una transferencia en fresco. Finalmente, el equipo aconsejó a Marta realizar una FIV, con un protocolo de baja estimulación, y fue así cómo pudo ver cumplido su sueño. “Fue duro, pero luego con el embarazo se te olvida”, confiesa ella, aunque también explica que parte de su secreto siempre ha sido mantener una actitud positiva. “Yo pasaba dos o tres días malos, pero luego me ponía en marcha otra vez, siempre adelante”.
«Cuando oí el corazón, me eché a llorar»
La beta positiva suele ser uno de los momentos más especiales en un tratamiento de fertilidad, pero es cierto que cuando ya ha habido varios negativos previos, las pacientes reciben el resultado con precaución, sin querer a veces ilusionarse. Marta se lo tomó de otra manera: “Desde el primer momento me lo creí, pero también es verdad que hasta que no veía el negativo, yo siempre me consideraba embarazada”.
Y después de la betaespera… llega la ecoespera, esa primera ecografía que confirma el resultado de la analítica. Y luego, la primera ecografía en la que se oye el latido. Por eso decimos mucho que un tratamiento de fertilidad es una espera constante, llena de emociones. “En la primera ecografía, cuando oí el corazón, me eché a llorar como una loca”, recuerda ella.
Marta ha tenido un embarazo bueno, con las molestias habituales, sin perder nunca el buen humor. Hasta ha pasado por una mudanza imprevista a última hora, cuando ya todo estaba preparado para la llegada de la pequeña Paula. Pero nada supone un freno para esta mujer risueña y decidida.
Por eso nos deja un mensaje precioso, lleno de fuerza, dirigido a las mujeres que tienen dudas sobre criar a un hijo en solitario: “Que no tengan miedo nunca. Dejar de hacerlo por miedo no es una opción, al menos para mí no era una opción no tener a mi hija. Que no renuncien a su sueño, incluso si tienen una pareja que no quiere tener hijos, pero es el sueño de ellas, que lo cumplan. La ciencia está de nuestra parte y para eso está”.
Marta, te deseamos toda la felicidad del mundo en la apasionante etapa de tu vida que empezarás en tan solo unas semanas. ¡Estamos deseando conocer a Paula!
Guía para ser madre sin pareja
Y para todas las que también queréis ser madres en solitario, podéis descargaros gratuitamente nuestra guía «Una mamá», en la que encontraréis información sobre los pasos a dar y los tratamientos disponibles. Recordad que en MiniFIV somos expertos en protocolo de baja estimulación y contamos también con un servicio de nutrición y otro de apoyo emocional en vuestros tratamientos. Podéis contactar con nosotros en el 900 053 653 o rellenando nuestro formulario electrónico.