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Fallo de implantación: definición y causas
El fallo de implantación supone uno de los grandes retos para los profesionales de reproducción asistida, que buscan las mejores tasas de éxito; y para los pacientes, que ven cómo su esfuerzo físico y económico no tiene la recompensa del embarazo.
Hoy en nuestro blog, el Dr. Enrique García, ginecólogo y director médico de miniFIV, nos habla del fallo de implantación y de las distintas pruebas que se realizan para determinar sus causas, aunque esta sigue siendo una cuestión compleja en la que la investigación en reproducción asistida continúa.
¿Qué es el fallo de implantación?
El fallo de implantación ocurre cuando el embrión transferido en un tratamiento de fertilidad no se implanta correctamente, sin causa identificable. Es decir, se determina que ha habido un fallo de implantación cuando los tratamientos dan resultado negativo de manera recurrente y no se sabe el motivo.
Las investigaciones más recientes consideran que estamos ante un fallo de implantación cuando se han producido al menos tres transferencias de embriones de calidad con resultado negativo.
Causas del fallo de implantación
Uno de los rasgos que definen el fallo de implantación es precisamente la dificultad para establecer una causa. Además, si una paciente tiene sucesivos ciclos de FIV con resultado negativo, esto puede deberse a problemas que no siempre resultan evidentes.
No obstante, a grandes rasgos podemos identificar tres grandes causas del fallo de implantación.
Causas embrionarias
La alteración cromosómica de los embriones es, sin duda, la causa más frecuente de fallo de implantación y aborto. Esto es así sobre todo en pacientes por encima de los 38 años. Quizá es la parte más difícil de asumir, puesto que además tampoco podemos modificarla. No obstante, a día de hoy es el factor más relevante.
Causas uterinas
En ocasiones el útero no se encuentra en condiciones óptimas para albergar un embrión. Podemos encontrarnos alteraciones de la anatomía (malformaciones, miomas…), alteraciones en el endometrio (que es la zona del útero en la que tienen que implantar los embriones) o incluso infecciones que pueden pasar fácilmente desapercibidas.
Causas sistémicas
En este caso estamos ante alteraciones de la sangre que pueden favorecer la trombosis (el exceso de coagulación). Esto impide la implantación correcta del embrión o su evolución normal
¿Cómo se detecta el fallo de implantación embrionario?
En el caso de acumular transferencias negativas pese a la buena calidad embrionaria, el ginecólogo, junto a los pacientes, puede decidir parar en algún momento del proceso. Se plantearía entonces la realización de pruebas con el objetivo de identificar y tratar los posibles problemas que podamos detectar.
Durante estos últimos años de expansión y desarrollo de los tratamientos de fertilidad, son muchas las técnicas y tratamientos propuestos para el fallo de implantación. Sin embargo, debemos de ser autocríticos pues muchas de estas pruebas y alternativas han comenzado a aplicarse con poca o ninguna base científica que apoyara o justificara su uso. Y lo que es más grave: en ocasiones, estas pruebas llevan asociadas tratamientos médicos o quirúrgicos de los que también carecemos de respaldo científico para su aplicación.
Entre los análisis más habituales que se realizan para estudiar el fallo de implantación encontramos:
Pruebas de coagulación
Se trata de un estudio en profundidad del sistema de coagulación de la sangre, para detectar posibles factores que puedan favorecer la aparición de microtrombos, dificultando la correcta implantación de un embrión.
Aunque existe una amplia lista de problemas, la mayoría se tratan con antiagregantes, heparina o la combinación de ambas.
Pruebas uterinas
Podemos descartar problemas anatómicos (miomas, malformaciones, pólipos, adherencias…) mediante la histeroscopia (que permite visualizar directamente la cavidad) o mediante la ecografía 3D, que nos ha dado la posibilidad de ver la cavidad desde un corte coronal que antes solo era accesible por resonancia magnética. Hoy en día también es posible valorar si existe un problema de receptividad endometrial, de forma que la ventana de implantación de la paciente pueda estar desplazada y haya una asincronía entre la preparación del endometrio y los días de desarrollo del embrión. Además, en los últimos años ha cobrado especial importancia el estudio de la flora endometrial, y como su alteración y la presencia de una inflamación crónica del endometrio (endometritis crónica) pueden aumentar el riesgo de fallo de implantación o aborto.
Pruebas inmunológicas
Aunque es un área controvertida y en constante evolución, los test inmunológicos son de aplicación cada vez más frecuente en reproducción asistida. De forma general, se intenta valorar si el sistema inmune de la paciente puede responder ‘en exceso’ ante la genética embrionaria que no es propia (bien de la pareja o de la donante), reduciendo las tasas de éxito.
Estudio genético de los embriones
El diagnóstico genético preimplantacional permite analizar los embriones cromosómicamente antes de su transferencia, de forma que evitamos transferir embriones que solo pueden dar lugar a negativos o abortos.
Estudio genético de los pacientes
Es habitual solicitar los cariotipos de la pareja, que nos confirmarán que su constitución cromosómica es normal. En caso de estar alterado alguno de los dos, la indicación habitual es la de realizar diagnóstico preimplantacional de los embriones o bien, si los pacientes lo aceptan, el cambio del gameto afectado.
Soluciones al fallo de implantación
En función de los problemas que detectemos podremos plantear un tratamiento u otro.
Por un lado, es de vital importancia asegurarnos que los embriones que transferimos son de una calidad óptima. Una vez tengamos este factor resuelto, podremos plantearnos el uso de distintas medicaciones y técnicas que nos ayuden a tener la seguridad de que tanto el útero como la futura mamá se encuentran en condiciones óptimas para afrontar la implantación y el embarazo.
Como en muchas otras áreas de nuestra especialidad, la clave va a estar en la personalización e individualización de cada tratamiento.
En este vídeo el Dr. Enrique García te explica cómo abordamos el fallo de implantación para aumentar las posibilidades de embarazo de nuestras pacientes:
Tratamientos personalizados en miniFIV
En miniFIV valoramos individualmente a cada paciente con fallo de implantación, intentando centrar el esfuerzo físico y económico en las pruebas que realmente pueden aportar un cambio en el pronóstico de los pacientes.
Si quieres contactar con nosotros para una primera consulta pre-concepcional, puedes hacerlo llamándonos por teléfono o rellenando nuestro formulario electrónico. Recuerda que es aconsejable realizar una primera visita si el embarazo natural no llega después de un año de relaciones sin medidas de protección, o de 6 meses en el caso de que la mujer tenga 35 o más años. En miniFIV somos expertos en tratamientos con medicación suave, reduciendo las hormonas necesarias para la estimulación ovárica.