La importancia de una dieta equilibrada para la salud y la fertilidad

Una dieta equilibrada es fundamental para cualquier ámbito de la salud. Saber qué alimentos consumir, en qué cantidades y qué debe evitarse, parece fácil pero requiere a veces de una reeducación. Hoy os hablamos, con la ayuda de Virginia Ruipérez, de las bases de una alimentación equilibrada.

Y es que esto, por supuesto, también contribuirá a mejorar vuestra fertilidad y será relevante en la búsqueda de vuestro bebé. Igualmente, si estáis en un tratamiento, cuidar vuestra alimentación os ayudará con los resultados.

¿Cómo es una dieta equilibrada?

Parece obvio pero a veces se nos olvida que la alimentación es vital para la salud. Los alimentos son la energía, la “gasolina” para que el cuerpo funcione correctamente. Por eso conviene elegir los mejores de acuerdo con las necesidades que cada organismo tenga.

De manera general, una alimentación sana y equilibrada tiene un enfoque cuantitativo y cualitativo. Es decir, debe contener los nutrientes esenciales en las cantidades correctas, pero además, estos deben proceder de alimentos de calidad. Por tanto, una dieta equilibrada se caracteriza por combinar calidad y variedad.

Los malos hábitos en la dieta diaria

La cultura occidental e industrializada promueve, en general, una alimentación basada en carencias y excesos. Esto es lo que provoca las llamadas “enfermedades de la civilización”. Es la causa de numerosos desequilibrios del organismo, así come de ciertas patologías que son frecuentes en la madurez.

A continuación detallaremos alimentos a evitar y otros a introducir para tener una dieta equilibrada. Os adelantamos ya, de manera general, que hay un exceso en el consumo de sal, y excitantes como el café y el alcohol. Podéis eliminarlos por completo de la dieta o restringir su consumo. No es grave alterar la dieta en determinadas ocasiones, especialmente en ocasiones señaladas. Lo que sí debe procurarse es un equilibrio en los hábitos de consumo habituales.

Alimentos a evitar en una dieta equilibrada

Son muchos y todos los consumimos en una cantidad superior a lo aconsejable. El problema es que muchas veces son opciones más rápidas y fáciles de comprar. En algunos casos son también más económicos, pero debemos evitar una ingesta excesiva de estos grupos de alimentos:

Procesados

Continuamente se nos alerta sobre el exceso en el consumo de alimentos procesados. Se trata de opciones de manipulados por la industria de la alimentación o bien, alimentos de origen natural que contienen una importante carga tóxica por los agroquímicos utilizados en la agricultura. El uso de pesticidas o herbicidas hacen que la opción recomendables sean frutas o verduras procedentes de agricultura ecológica. En cuanto a platos o alimentos procesados, contienen colorantes, conservantes, potenciadores del sabor. Todo esto hace que sean opciones rápidas y apetecibles pero poco saludables.

Para compensar este déficit, debemos incorporar a nuestra dieta alimentos naturales, sin manipular o cocinados en casa, frescos, crudos y de temporada.

Alimentos de origen animal

Los alimentos de origen animal en sí no son tóxicos pero es cierto que actualmente se consume un exceso de proteínas animales. Esto también conlleva un exceso de grasas de origen animal, ácidos grasos saturados de la carne y embutidos. Estos, a su vez, son procesados por la industria en la mayor parte de los casos.

Los lácteos son otro de los alimentos de origen animal cuyo consumo es excesivo. En otra ocasión os dimos opciones de alternativas a los lácteos para favorecer la fertilidad e incluso ideas para hacerlos en casa.

Grasas hidrogenadas de origen vegetal

En este caso nos referimos a las grasas contenidas en margarinas, bollería industrial, precocinados, aperitivos.

Azúcares e hidratos de carbono simples

Muchos productos que consumimos contienen azúcar, empezando por el azúcar refinado que se vende habitualmente. Fijaos en repostería, refrescos, conservas, todo ello incluye este ingrediente. También está en cereales refinados como el pan, el arroz o la pasta. Recordad que no por hacer un dulce en casa es más saludable, si utilizáis un alto contenido de azúcar. Tampoco son una buena opción los edulcorantes, porque favorecen el desequilibrio emocional, la acidez y la descalcificación ósea. Elegid mejor para endulzar el azúcar de caña morena o la miel natural.

Alimentos para incorporar en una dieta equilibrada

La alimentación actual suele presentar carencias de nutrientes esenciales, biológicamente activos, como vitaminas, minerales, oligoelementos, ácidos grasos esenciales, hidratos de carbono complejos y fibra. Os sugerimos un aporte extra de estos nutrientes.

Proteínas de origen vegetal

Las proteínas tienen una importante función plástica de reconstrucción de estructuras, son importantes en la madurez para mantener los tejidos y órganos corporales jóvenes. Las legumbres, cereales integrales, frutos oleaginosos o algas, son una fuente de proteínas de calidad. Recordad que no se trata de prescindir por completo de la carne, sino de introducir alternativas en vuestra dieta.

Por otra parte, hay proteínas animales como los yogures o los huevos que sí son muy recomendables.

Hidratos de carbono complejos

Los hidratos de carbono complejos aportan energía gracias a la glucosa, que es el combustible para el organismo. Son por tanto esenciales para la vitalidad y la salud.

También de ellos depende el equilibrio del sistema nervioso. El aporte regular de glucosa, como la contenida en los cereales, favorece el bienestar emocional y mental. También es beneficioso para el equilibrio hormonal para tener un sueño de calidad. Eso sí, los cereales que se consuman deben ser integrales y de cultivo biológico.

Vitaminas y minerales

Estos nutrientes activan y regulan los procesos bioquímicos de las funciones corporales. Son esenciales para proteger y mantener las funciones vitales, como también la fertilidad. Las vitaminas también tienen una función antioxidante, que frena el envejecimiento celular y esto es muy beneficioso para los gametos.

Para incorporar a la dieta vitaminas y minerales es óptimo consumir verduras, hortalizas, frutas, frutos oleaginosos y algas.

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