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¿Cómo saber si eres estéril?
Se dice que una pareja presenta problemas de fertilidad cuando no logra el embarazo tras más de 12 meses (6 en algunos casos) de relaciones sexuales sin protección anticonceptiva.
Es entonces cuando tanto hombre como mujer deben realizarse una serie de pruebas de fertilidad para comprobar si la causa de la infertilidad es femenina, masculina o si ambos presentan alguna alteración.
Este tipo de pruebas permiten, además de obtener el diagnóstico, determinar el mejor tratamiento para lograr su objetivo: ser padres.
Del mismo modo, cuando una mujer sin pareja o una pareja de mujeres acude a una clínica de reproducción asistida para tener un hijo, también deben someterse a estas pruebas.
Hoy hablaremos de los exámenes básicos que permiten comprobar si una mujer es fértil. Los principales test femeninos son:
Historia clínica
El primer paso al acudir a un centro de fertilidad es una entrevista personal con el especialista para valorar de forma individualizada cada situación.
En esta primera valoración se analiza el estado de salud general de la mujer, los antecedentes personales y familiares, el estilo de vida, los factores ambientales que puedan estar afectando a la fertilidad, etc.
Así, se obtiene la historia clínica de cada mujer, a partir de la cual se indicarán el resto de pruebas necesarias.
Estudio ginecológico
Uno de los primeros estudios que se hacen para conocer el estado de la fertilidad de una mujer es la exploración física del aparato reproductor femenino.
Para esto, el ginecólogo realiza una ecografía transvaginal, que le permite valorar la anatomía de la vagina y del útero así como estudiar el estado y funcionamiento de los ovarios.
Mediante esta ecografía el especialista realiza lo que conocemos como recuento de folículos antrales. Los folículos son las estructuras ováricas donde maduran los óvulos. En los primeros días del ciclo menstrual, la ecografía transvaginal permite contar el número de folículos para estimar la reserva ovárica, esto es, el número de óvulos de la mujer. Se trata de una prueba indolora aunque puede generar ligeras molestias.
También es común que el ginecólogo solicite hacer una citología, que consiste en obtener una pequeña muestra de flujo vaginal por raspado del cuello uterino. Con esta prueba se valora la presencia de infección o alguna alteración a nivel celular.
Análisis hormonal
El ciclo ovárico de la mujer está regulado por hormonas. Cualquier alteración a nivel hormonal puede alterar el correcto funcionamiento del ciclo y, por tanto, causar infertilidad femenina.
Por esta razón, es fundamental estudiar las principales hormonas femeninas:
- La FSH u hormona foliculoestimulante es liberada por la hipófisis y ejerce su función sobre el ovario, favoreciendo el crecimiento de los folículos y la maduración de los óvulos. Es, junto a la hormona antimulleriana y el recuento de folículos antrales, uno de los principales medidores de la fertilidad femenina. Un nivel de FSH de entre 3 y 9 mUI/ml indican una buena reserva ovárica. Valores por encima de 9 mUI/ml marcan una disminución en el número de óvulos, siendo los valores por encima de 13-15 mUI/ml un mal pronóstico reproductivo.
- La LH u hormona luteinizante es también una gonadotropina producida en la hipófisis. Su nivel aumenta significativamente a mitad de ciclo para dar lugar a la ovulación, es decir, para permitir la expulsión del óvulo. Su valor en sangre a principio de ciclo debe ser de entre 2 y 10 mUI/ml.
- La hormona progesterona la libera el ovario tras la ovulación para mantener el engrosamiento del endometrio, que es la capa uterina donde implanta el embrión. Por tanto, su principal función es preparar la cavidad uterina para el embarazo. En este estado, también es liberada por la placenta. La progesterona se mide tras la ovulación, normalmente en el día 21 del ciclo. Los valores normales se sitúan por encima de los 5-10 ng/ml.
- El estradiol es la hormona femenina por excelencia. Es liberado por el ovario a medida que avanza el desarrollo ovárico. Valores por encima de los 100 pg/ml son indicativos de una dotación folicular baja, es decir, mal pronóstico reproductivo.
- La AMH u hormona antimulleriana es producida por los folículos ováricos. Su nivel es proporcional al número de óvulos que quedan en el ovario. Un valor de entre 0,7 y 3,5 ng/ml pronostica una reserva ovárica buena. Valores por debajo de 0,7 indican que nos acercamos a la menopausia.
También existen otras hormonas femeninas con influencia sobre el ciclo ovárico y que, por tanto, pueden ser analizadas en un examen hormonal de fertilidad. Es el caso de la TSH (hormona estimulante de la tiroides), la T4 (tiroxina libre), testosterona, etc.
Lo habitual es realizar la analítica hormonal entre el segundo y el quinto día del ciclo, considerando que éste empieza el día en que baja la menstruación. Encontramos la excepción en la hormona progesterona, pues como ya hemos comentado, se recomienda analizarla el día 21.
Histerosalpingografía
La fecundación natural se produce en las trompas de Falopio. Allí es donde óvulo y espermatozoide se encuentran para fusionarse y dar lugar al embrión, el cual se desplazará hasta el útero e implantará en el endometrio (capa uterina) para dar inicio al embarazo.
Si las trompas están bloqueadas, óvulo y espermatozoide no podrán unirse. Por esta razón, es fundamental estudiar la permeabilidad tubárica.
La histerosalpingografia es la prueba que nos permite conocer si el paso a través de las trompas es posible o si, por el contrario, las trompas están obstruidas.
Consiste en hacer pasar un medio líquido de contraste a través de la vagina para estudiar el camino que sigue. Así, si no hay alteración a nivel tubárico, podremos ver que el contraste fluye hacia la cavidad peritoneal, atravesando el útero y las trompas. Esto es lo que se conoce como cotte positivo.
Si por el contrario, el líquido se detiene y no atraviesa las trompas de Falopio, estaremos ante una prueba de cotte negativo. Esto puede ocurrir a nivel unilateral (en una trompa) o bilateral (en ambas trompas).
Si ambas trompas están obstruidas, la fecundación no podrá ocurrir, es decir, el embarazo natural no se producirá. Será necesario recurrir a la fecundación in vitro (FIV).
Para visualizar el recorrido del líquido de contraste se emplean rayos X.
Estas son las principales pruebas para medir la fertilidad de una mujer. Existen otras más específicas como el estudio del cariotipo, la biopsia de endometrio o la histeroscopia.
En Minifiv estudiamos a cada mujer de una forma personalizada y realizamos las pruebas necesarias en cada caso para obtener un diagnóstico fiable y claro que nos permita determinar con seguridad la técnica que mayor probabilidad de éxito ofrece.